Zegona, nuevo propietario de Vodafone España, ha encontrado una veta de ingresos extraordinarios en un activo que durante años pasó casi desapercibido: los bloques históricos de direcciones IPv4 heredados —sobre todo— de ONO y Airtel. Desde el pasado julio, la operadora ha cerrado 32 transferencias con un total de 282.800 direcciones IPv4 traspasadas a terceros, en un momento en el que la escasez y el alto precio por dirección han convertido este recurso en auténtico “petróleo digital”.
La operación encaja con una realidad muy española: pese a que IPv6 crece en el mundo, en España solo el 10,85 % del tráfico circula ya por este protocolo, una de las tasas más bajas de Europa. La consecuencia es que IPv4 sigue siendo imprescindible para muchísimos servicios y redes, y eso alimenta un mercado secundario de compra y alquiler de direcciones públicas entre quienes tienen excedente (normalmente operadores veteranos) y quienes las necesitan para crecer (redes jóvenes, proveedores cloud locales y empresas que salen de CG-NAT).
Una cronología con cifras y nombres propios
El movimiento de Zegona/Vodafone España no es una venta puntual, sino un goteo sostenido de bloques desde el 4 de julio:
- 4 de julio: primera gran operación, con 131.072 direcciones del bloque 217.216.0.0/15 vendidas a TerraTransit AG (Alemania).
- Finales de agosto y septiembre: varias ventas a cleardocks LLC, Keminet SHPK, Vento Rede, S.L., ATUAXANELA, S.L., Soluciones Corporativas IP, SL, INDE PTE LTD (Singapur) y O.M.C. Computers & Communications LTD (Israel), con bloques que van desde /22 (1.024 IPs) a /20 (4.096 IPs).
- 25 de septiembre: destaca el traspaso del 80.174.0.0/16 (65.536 IPs) a European ION Investment Group SL, con destino España.
- 8 de octubre: concentración de ventas a steel-axis LLC, truview LLC y DSLmobil GmbH (Alemania), con múltiples bloques /21, /20 y /22.
- 14 de octubre: operaciones con FIBERGREEN Tecnológicas S.L. en España, con 2.048 y 256 direcciones.
En el conjunto, las 32 transferencias suman 282.800 IPv4. La lista de compradores refleja un mercado global: desde operadores neutros y ISP regionales en España hasta empresas cloud en Estados Unidos o integradores en Europa, Asia y Oriente Medio. La lectura es clara: hay demanda y se paga.
¿Por qué valen tanto las IPv4 en 2025?
Las direcciones IPv4 son escasas por diseño (unos 4.300 millones teóricos, menos en la práctica por reservas y usos especiales). Con la exhaustión de los “pools” regionales (RIPE, ARIN, etc.), conseguir nuevas direcciones es casi imposible salvo que se adquieran en el mercado secundario. A la vez, la adopción lenta de IPv6 en España obliga a muchas organizaciones a seguir necesitando IPv4 para servicios públicos, NAT, balanceos, transit y peering.
El efecto combinado —necesidad alta y oferta limitada— empuja los precios. Durante el periodo de ventas analizado, el precio medio se situó en torno a 30 dólares por IP, lo que eleva los ingresos por las 282.800 direcciones a aproximadamente 7,2 millones de euros al cambio actual. No es la primera gran venta en España: el pasado julio se conoció el traspaso de 65.536 direcciones desde la Cambra de Barcelona a Amazon, valorado en más de 2 millones de euros.
¿Tiene Vodafone direcciones “de sobra”?
En términos contables, sí. Vodafone España conserva casi 6 millones de direcciones IPv4, procedentes de los LIR históricos de Airtel (3.144.704 IPs) y ONO (2.841.088 IPs). Esa bolsa permite a la compañía vender bloques sin comprometer su operación, especialmente si generaliza técnicas como CG-NAT en segmentos de bajo ARPU o residenciales, y reserva IPs públicas para usos premium, troncales, empresas y servicios críticos.
La cuestión no es solo el volumen, sino qué bloques se ponen en el mercado. En las transferencias se observan tanto rangos contiguos grandes (un /15 completo, /16) como subredes medianas (/20, /21, /22), lo que sugiere una gestión activa del inventario para maximizar valor sin crear agujeros difíciles de operar dentro de su propia red.
Efectos para clientes: CG-NAT, port mappings y latencias
Para el usuario final, el impacto directo depende de si su conexión dispone de IP pública dedicada o queda tras CG-NAT:
- En CG-NAT, varios clientes comparten una misma IPv4 y se traduce su tráfico a nivel de puerto. Esto ahorra IPs, pero puede complicar servidores domésticos, conexiones entrantes, juegos online que no soportan bien NAT simétrico o servicios P2P.
- En IP pública dedicada, el cliente mantiene control total de los puertos y suele disfrutar de mejor compatibilidad. Sin embargo, este recurso es escaso; muchos operadores lo limitan a tarifas concretas o lo ofrecen como opción de pago.
La estrategia de ventas de IPv4 no implica automáticamente que un operador “empuje” a todos sus clientes a CG-NAT. Sí indica que, en entornos de bajo coste, esa palanca es razonable para liberar direcciones y monetizar parte del parque histórico.
España y el “freno” a IPv6: una anomalía que pesa
Con solo el 10,85 % del tráfico en IPv6, España va por detrás de la media europea. ¿Por qué?
- Inercia histórica: los operadores veteranos acumularon IPv4 cuando no había escasez, y eso reduce la urgencia de migrar.
- Ecosistema mixto: aunque Movistar sí usa IPv6 en red móvil, el despliegue en fibra lleva tiempo estancado; otras redes también avanzan a ritmos desiguales.
- Compatibilidad: muchas empresas arrastran aplicaciones y CPD sin soporte pleno de IPv6, lo que obliga a mantener doble pila o NATs complejos.
- Coste/beneficio percibido: para parte del mercado residencial, el beneficio inmediato de IPv6 es poco visible, mientras que el operador asume la inversión.
El resultado es un círculo vicioso: como hay poca presión por IPv6, IPv4 sigue siendo imprescindible, lo que mantiene altos los precios y atractiva la venta de bloques para quien puede desprenderse.
¿Un negocio puntual o una línea de ingresos?
La secuencia —32 ventas en tres meses— sugiere que Zegona ha trazado un plan y que este seguirá mientras exista demanda. Como activo, las IPv4 tienen varias virtudes:
- Liquidez: hay un mercado activo y compradores recurrentes (cloud, operadores, integradores).
- Monetización rápida: no requieren capex ni despliegue; es inventario que se puede vender y registrar como ingreso extraordinario.
- Impacto operativo acotado: con CG-NAT y optimización de red, el operador puede liberar bloques sin degradar su servicio.
A medio plazo, no obstante, el margen de venta se irá estrechando si aumenta la presión regulatoria por IPv6 o si clientes y proveedores demandan IP pública como parte del valor de la oferta. El equilibrio entre monetizar hoy y no hipotecar la propuesta de valor del mañana será clave.
El mercado secundario, más transparente… y más caro
En los últimos años, las transferencias de IPv4 se han normalizado y se registran en los RIR (como RIPE), lo que aporta trazabilidad y seguridad jurídica: quedan constancias de quién transfiere, cuánto y a quién. La otra cara es que, con más actores mirando, los precios tienden a converger al alza. En 2025, hablar de 30 dólares por IP como media es razonable en Europa, aunque cada bloque se valora por tamaño, limpieza (reputación, listas de bloqueo), historial de abuso y ubicación (geografía percibida por los contenidos).
¿Qué pueden esperar empresas y administraciones?
- Más competencia por las IPv4 limpias y bien ubicadas.
- Mayor uso de CG-NAT en tramos residenciales y ofertas “low-cost”.
- Presión para dual-stack (IPv4+IPv6) en proyectos con exposición pública.
- Costes al alza si se necesita IP pública dedicada a gran escala (por ejemplo, SaaS multi-tenant que aísla por IP).
La hoja de ruta aconsejable: adoptar IPv6 en servicios nuevos y mantener dual-stack donde toque; negociar con los ISP bloques propios (PI) o anunciar con ASN propio cuando el volumen lo justifique; y optimizar el uso de IPv4 con proxy inverso, balanceo, Anycast y segmentación inteligente.
La foto final: vender sin perder el norte
Zegona/Vodafone España monetiza un activo escaso en el momento adecuado, con un mercado hambriento de direcciones. A corto plazo, la operación cuadra: ingresos extraordinarios, impacto operativo controlable y una bolsa aún amplia de IPv4 para seguir funcionando sin sobresaltos. El reto será no abusar del CG-NAT en segmentos sensibles, avanzar con IPv6 donde haya tracción real y mantener la experiencia de cliente en niveles que no penalicen la marca.
Mientras tanto, el mensaje para el ecosistema es inequívoco: en España, IPv4 sigue mandando y quien tiene reservas puede convertirlas en millones. El camino a IPv6 es inevitable, pero el tempo —por ahora— lo marca la escasez.
Preguntas frecuentes
¿Qué significa que un operador “venda” direcciones IPv4?
Transfiere la titularidad de bloques públicos a otra entidad registrada. Es legal, se anota en los registros regionales y no implica “apagar” clientes si la red está bien dimensionada o usa CG-NAT para liberar direcciones.
¿Me afecta como cliente residencial si mi operador vende IPv4?
Depende. Si su línea tiene IP pública dedicada, no debería notar cambios. Si está tras CG-NAT, puede encontrar limitaciones para abrir puertos o recibir conexiones entrantes. En muchos casos se puede solicitar IP pública (a veces con coste).
¿Por qué España va tan lenta con IPv6 si el resto del mundo lo adopta?
Por inercia (los grandes acumularon IPv4), por compatibilidades pendientes en aplicaciones, por coste percibido y porque el beneficio no siempre es visible para el usuario final. Con todo, la adopción de IPv6 en móvil avanza y es previsible que se acelere en fibra.
¿Cuánto cuesta una dirección IPv4 en 2025 y qué factores influyen?
El promedio ronda los 30 dólares por IP en Europa, pero depende del tamaño del bloque (los grandes valen más por gestión), la reputación (historial limpio), la demanda geográfica y el uso (hosting, acceso residencial, corporativo). Los precios pueden oscilar en función del mercado y del “apetito” del comprador.
vía: bandaancha