En una operación sin precedentes, Telefónica ha ejecutado el mayor apagado de centrales de cobre en un solo día, afectando a 1.106 centrales telefónicas. Este evento, que tuvo lugar el pasado 30 de mayo, marca un hito significativo en la transición de la empresa hacia redes de fibra óptica y radio, dejando atrás la antigua tecnología ADSL basada en cobre.
Un proceso gradual y planificado
Aunque el pasado 19 de abril, fecha del centenario de Telefónica, estaba previsto como el «apocalipsis del cobre», la compañía decidió aplazar el apagado masivo en favor de un proceso más gradual. Este enfoque buscaba evitar la saturación del servicio de atención al cliente y minimizar la pérdida de clientes descontentos. Telefónica contaba con un margen temporal adicional, ya que la fecha inicial había sido autoimpuesta.
Calendario oficial de apagados
El apagado de las centrales de cobre sigue un calendario oficial inamovible, publicado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a partir de las fechas comunicadas por Telefónica. Estas fechas no pueden ser modificadas sin autorización del regulador, ya que afectan no solo a Telefónica sino también a otras operadoras que han utilizado estas centrales para sus propios equipos DSLAM.
Desde el inicio del proceso en noviembre de 2015 hasta el 29 de mayo de 2024, se habían cerrado 3.039 de las 8.528 centrales que llegó a tener Telefónica. El pasado 30 de mayo, la compañía cerró 1.106 centrales en un solo día, incluyendo 113 que albergaban equipos de otras operadoras.
Próximos pasos en la transición
El próximo apagado masivo está programado para el 19 de octubre, y se espera que sea el mayor de todo el proceso con el cierre de 3.304 centrales en un solo día. Para entonces, se anticipa que todos los clientes habrán migrado a la nueva red de fibra o alternativas de radio.
Impacto del cierre de las centrales de cobre
El cierre de una central de cobre implica el apagado de la alimentación y el inicio del desmontaje de la infraestructura, que incluye repartidores, tendidos de cables, bastidores, jaulas y equipos DSLAM. Telefónica, a través de su filial Zeleris, ofrece a las operadoras la compra de su material para reciclaje y achatarramiento.
No obstante, el cierre de una central de cobre no siempre significa el cierre del edificio. Muchas de estas ubicaciones seguirán activas como centrales cabecera de FTTH, alojando los equipos OLT que alimentan la nueva red de fibra. De las centrales cerradas, 1.812 seguirán en operación bajo este nuevo esquema.
El apagado masivo de 1.106 centrales de cobre en un solo día por parte de Telefónica representa un paso crucial en la modernización de su infraestructura de telecomunicaciones. Esta transición a la fibra óptica no solo mejora la calidad y velocidad de los servicios ofrecidos, sino que también refleja un compromiso con la innovación y la sostenibilidad. Con los próximos apagados programados, Telefónica se prepara para un futuro donde la tecnología de fibra óptica será el pilar de su oferta de servicios de telecomunicaciones.
Fuente: Banca Ancha