El mapa del entretenimiento vuelve a cambiar de forma drástica. Netflix ha firmado un acuerdo para hacerse con Warner Bros, incluidos sus históricos estudios de cine y televisión, así como con HBO y la plataforma HBO Max. Si la operación recibe luz verde de los reguladores y de los accionistas, el líder del ‘streaming’ integrará bajo su marca algunas de las franquicias y series más influyentes de la historia reciente.
El movimiento llega tras años de competencia feroz entre plataformas, en los que millones de personas han abandonado la televisión lineal para consumir películas y series a la carta. Allí donde antes mandaban los canales en abierto y las emisoras de pago, ahora se imponen las aplicaciones en la tele, el móvil o la tablet. Y en ese terreno, la batalla por el tiempo —y el bolsillo— del espectador es cada vez más dura.
De videoclub por correo a gigante global
La trayectoria de Netflix ayuda a entender la dimensión del salto. La compañía nació como un videoclub por correo, enviando DVDs a domicilio y permitiendo a los usuarios puntuar las películas. En 2007 se atrevió con algo que entonces sonaba extravagante: ofrecer parte de su catálogo por Internet, en ‘streaming’. Aquella apuesta cambió para siempre la forma de ver cine y series.
Poco más de una década después, el experimento se convirtió en estándar de la industria. Según sus últimas cifras públicas, Netflix contaba en agosto de 2025 con unos 301,6 millones de suscriptores en todo el mundo. A su alrededor fueron apareciendo rivales como Amazon Prime Video, Disney+ o HBO Max, y las subidas de precio y las restricciones para compartir cuentas le han costado no pocos disgustos y bajas. Pero la plataforma sigue siendo la referencia del sector.
Ahora, la compra de Warner Bros y HBO Max refuerza esa posición y lanza un mensaje claro al resto de competidores: la compañía no solo quiere seguir liderando el ‘streaming’, sino controlar una parte aún mayor del negocio.
Un catálogo difícil de igualar
El acuerdo implica que Netflix pasará a gestionar el legado completo de Warner Bros, un estudio que lleva más de cien años marcando la historia del cine. Desde clásicos como El mago de Oz o Casablanca hasta grandes sagas modernas como Harry Potter o buena parte del universo de superhéroes de DC, todo ese contenido quedará bajo su paraguas.
A eso se suma la potencia de HBO y HBO Max, responsables de series que han definido la televisión de prestigio: Los Soprano, The Wire, Juego de Tronos, Succession, Chernobyl o The Last of Us, entre muchas otras. También comedias que siguen arrasando en reposiciones y plataformas, como Friends o The Big Bang Theory.
Todo este catálogo convivirá con las producciones propias de Netflix, desde Stranger Things a Miércoles, La Casa de Papel o Bridgerton. La empresa ha adelantado que mantendrá la actividad habitual de los estudios de Warner Bros, incluida la producción y estreno de películas en salas de cine, al tiempo que integrará estos contenidos en su oferta de ‘streaming’.
Qué puede notar el espectador
En el corto plazo, los usuarios no verán grandes cambios. El cierre efectivo de la operación puede tardar entre 12 y 18 meses, ya que requiere el visto bueno de los reguladores de competencia y la aprobación de los accionistas de Warner Bros. Discovery. Mientras tanto, cada plataforma seguirá funcionando como hasta ahora.
Más adelante, si el acuerdo se completa, es razonable esperar:
- Más títulos bajo la misma suscripción, con películas y series de HBO y Warner Bros integradas progresivamente en Netflix.
- Reordenación de marcas y aplicaciones, todavía por definir: queda por ver si HBO Max continuará como servicio independiente, se fusionará en una nueva oferta o quedará integrada del todo en Netflix.
- Nuevas estrategias de precios y planes, aún sin anunciar. La compañía insiste en que quiere “dar más valor” a sus clientes, pero no ha aclarado cómo se traducirá eso en la factura mensual.
La otra gran duda es qué pasará con los acuerdos de licencia que Warner mantiene con terceros. Muchos de sus títulos se emiten hoy en otras plataformas o canales de televisión; la integración con Netflix podría modificar esos contratos a medio plazo.
Un gigante bajo vigilancia
Una operación de esta envergadura no solo se negocia entre empresas. Las autoridades de competencia, especialmente en Estados Unidos y la Unión Europea, examinarán con lupa el impacto que puede tener sobre el mercado: menos jugadores, pero más grandes, concentrando catálogos enteros en unas pocas manos.
Netflix es consciente del riesgo y ha incluido en el contrato una compensación millonaria a favor de Warner Bros Discovery si los reguladores bloquean la operación. El reciente precedente de la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft, que tuvo que superar un largo proceso de revisión, apunta a un camino lleno de trámites y posibles condiciones.
Los críticos temen que una concentración tan fuerte pueda limitar la competencia y reducir la diversidad de ofertas, mientras que los defensores sostienen que acuerdos de este tipo permiten a las plataformas invertir más en nuevas producciones y mantener vivo el negocio en un contexto de costes crecientes.
Un nuevo capítulo en la guerra del ‘streaming’
Lo que está claro es que la compra de Warner Bros y HBO Max marca un antes y un después en la llamada guerra del ‘streaming’. Para el espectador, la consecuencia más visible puede ser que cada vez resulte más difícil seguir varias plataformas a la vez sin que se dispare el gasto. Elegir qué servicio mantener, qué cancelar y a cuál suscribirse solo durante el estreno de una serie se ha convertido en un nuevo deporte de consumo.
Si el acuerdo se materializa, Netflix pasará a controlar un catálogo casi inabarcable de clásicos y éxitos modernos, con un peso enorme sobre qué historias se producen, cómo se distribuyen y dónde podemos verlas. El resto de plataformas —desde Disney+ hasta Amazon Prime Video o Apple TV+— tendrán que mover ficha para no perder relevancia.
La batalla por nuestro tiempo libre y nuestra cuota mensual continúa. Y, tras este movimiento, Netflix se coloca en una posición aún más dominante para escribir el próximo capítulo.
Fuente: Netflix compra Warner Bros y HBO
