«Ejecución digital»: AWS borra sin aviso los datos de un usuario tras una década de uso y desata una ola de críticas en la comunidad tecnológica

Un ingeniero de software denuncia la pérdida total de sus proyectos en la nube de Amazon por un fallo administrativo y acusa a la compañía de encubrimiento.

La confianza en los servicios de almacenamiento en la nube ha recibido un golpe severo esta semana. El ingeniero de software Abdelkader Boudih, conocido en la comunidad open source como Seuros, ha denunciado en un blog una situación que califica como “aniquilación digital completa” tras perder todos sus datos alojados en AWS, donde fue cliente durante más de 10 años.

Entre los archivos eliminados se encontraban un libro completo de programación, tutoriales de electrónica y años de código fuente inédito. “AWS no era solo mi respaldo, era mi entorno limpio para el desarrollo open source”, escribió Boudih. Su historia se ha hecho viral por lo que muchos consideran un caso paradigmático de abuso de poder por parte de un proveedor hiper(escalar) sin mecanismos de recuperación efectivos para el cliente.

El inicio: una simple verificación

Todo comenzó el 10 de julio con una solicitud de verificación de cuenta enviada por AWS, dando un plazo de cinco días (incluyendo el fin de semana). Boudih respondió en plazo, pero lo que siguió fue una serie de respuestas automatizadas, solicitudes repetidas de documentación y silencio administrativo.

El 23 de julio, recibió el mensaje definitivo: su cuenta había sido terminada y los datos eliminados. Peticiones posteriores de acceso de solo lectura fueron ignoradas. Según AWS, el motivo fue no haber completado la verificación a tiempo. Pero, según el ingeniero, “el proceso fue deliberadamente opaco, y diseñado para fallar”.

Sospechas de un encubrimiento

La historia dio un giro aún más inquietante cuando, según Boudih, un supuesto trabajador de AWS en la región de Oriente Medio y Norte de África (MENA) le contactó para revelar lo que realmente habría sucedido: un fallo humano causado por un error de sintaxis entre scripts en Ruby y Java llevó a que un empleado borrara accidentalmente datos reales al intentar simular pruebas sobre cuentas inactivas.

“Una simple diferencia de parámetros convirtió una simulación en un evento de extinción de datos”, señaló el desarrollador, que ahora trabaja en una herramienta gratuita para facilitar la migración desde AWS. También ha empezado a asesorar a clientes con facturación mensual de hasta 400.000 dólares para abandonar la plataforma y mudarse a alternativas como Oracle Cloud Infrastructure, Google Cloud o Azure.

¿Contradicción con la política de AWS?

Según la propia documentación de Amazon Web Services, las cuentas cerradas se congelan durante 90 días antes de que sus recursos sean eliminados. Sin embargo, en este caso la suspensión fue forzada por la propia AWS bajo un procedimiento no documentado públicamente.

Este detalle ha indignado a la comunidad tecnológica. Boudih, cuyas contribuciones open source incluso podrían estar integradas en la infraestructura de AWS, denuncia que la misma plataforma ha destruido el entorno que ayudó a mejorarla.

Lecciones para el futuro: ¿es seguro depender solo de la nube?

Las redes sociales y foros como Tom’s Hardware y Hacker News se han llenado de comentarios alertando sobre los riesgos de depender exclusivamente de la nube. Varios usuarios han recordado que “la nube no es más que el ordenador de otro”, y que incluso empresas grandes pueden perderlo todo por un simple error humano.

En un contexto donde los proveedores hiperescalares como AWS, Microsoft Azure o Google Cloud dominan el almacenamiento empresarial, este caso abre un debate urgente sobre la soberanía de los datos, la transparencia operativa y la necesidad de copias de seguridad locales.

“Ninguna compañía debería poder borrar todo tu historial digital por un fallo administrativo sin posibilidad de apelación”, concluyó uno de los comentarios más votados.

La historia de Boudih podría marcar un antes y un después para muchas organizaciones que, hasta ahora, confiaban ciegamente en que sus datos estaban seguros en la nube.

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