¿Cuentas con algún router acumulando polvo en un armario? En realidad, puede serte de gran utilidad para mejorar la calidad de tu conexión a Internet utilizándolo como un repetidor de la señal Wi-Fi. ¿Quieres saber cómo? A continuación te explicamos el proceso. ¡Presta atención!
Existen muchas técnicas para incrementar la calidad de nuestra cobertura Wi-Fi, desde identificar la mejor localización en nuestra vivienda, hasta orientar las antenas, recurrir a PCL, repetidores o Wi-Fi Mesh. Sin embargo, pocos saben que un antiguo módem puede hacer perfectamente la función de repetidor sin necesidad de hacer ningún tipo de inversión.
Esto es lo que debes tener en cuenta a la hora de configurar tu antiguo router para evitar problemas
El objetivo de todo esto es establecer conexión entre tu router antiguo y tu router actual. Sin embargo, antes de hacerlo será fundamental que inviertas algo de tiempo en configurar los ajustes del secundario o repetidor (en este caso, el más antiguo) con el objetivo de garantizar que no exista ningún tipo de problema a nivel compatibilidad. En este sentido, deberás tener en cuenta que el proceso de configuración de cada modelo de router tiene sus particularidades, no obstante, por lo general, el procedimiento cuenta con unas fases claras: Conectarnos a nuestro módem, acceder a la IP 192.168.0.1 / 192.168.1.1 o a la 10.0.0.1. En el momento de hacerlo deberemos facilitar unos datos de acceso (un nombre de usuario y su correspondiente clave). Esta información suele estar ubicada en la etiqueta adherida a la zona trasera del router aunque cabe la posibilidad de la que hayas modificado.
Dentro de la configuración de LAN será necesario modificar la IP para que, en este caso, no exista coincidencia con la del router primario y, a continuación, activar el ajuste Enable DHCP Server Relay. En este caso deberemos especificar que en Relay IP la dirección del router primario. Lo más habitual es que esta IP esté ubicada igualmente en la etiqueta del router primario. En cualquier caso, siempre puedes optar por establecer conexión con él mediante un dispositivo para, a continuación, verificar cuál es su puerta de enlace (esta información aparece reflejada dentro de la sección de información de conexión).
Optando por la vía que mejor se adapte a nuestras posibilidades, deberemos localizar dentro de las opciones del router secundario el modo repetidor para, a continuación, activarlo. De no hacerlo, lógicamente no podrá ejercer su función de amplificador de señal. En este caso, igualmente, las opciones experimentarán variaciones en función del tipo de router o modelo ante el que nos encontremos. En algunas ocasiones podremos encontrar un modo AP o punto de acceso mediante el cual es posible prolongar la señal Wi-Fi original sin necesidad de generar o crear una nueva. En otros casos encontramos el modo router que, al activarse, generará su propia red Wi-Fi. También, existe la posibilidad de que en el sistema de configuración de un modelo convivan ambos modos.
Por otro lado, es importante tener presente que algunos routers pueden resetear la configuración del modem de forma automática y, por tanto, cambiar la dirección IP predeterminada al alternar entre el modo AP o Router. Lo más aconsejable, para evitar cualquier tipo de incidencia, es realizar una copia de seguridad de la configuración con anterioridad.
Llega el momento de contar ambos routers
Una vez que hemos finalizado el proceso de configuración de nuestro router secundario, deberemos pasar a la conexión entre ambos. En cualquier caso, no debemos pasar por alto que la reutilización de un módem antiguo como repetidor no siempre va a ser conveniente o, al menos, efectivo. Por ejemplo, si estás valorando la posibilidad de utilizarlo para amplificar la señal de Internet a una estancia apartada de tu casa, deberás tener en cuenta que en primer lugar (para que esta técnica funcione) deberás lograr que la señal llegue a dicho router y, para ello, con toda seguridad necesitarás hacer una inversión en tecnología PLC o repetidores Wi-Fi.
Lo que ocurre es que al utilizar este tipo de recursos la presencia de un viejo router va a carecer de sentido porque éstos ya cubren dicha función. No obstante, cabe la posibilidad de que decidas utilizar este router secundario para conectar dispositivos a él a partir de su conexión Ethernet o, lo que es lo mismo, vía cable. En este último supuesto, tu antiguo router puede serte de utilidad si algunos de los dispositivos que utilizas no poseen una salida Ethernet.
La mejor forma de extraer el máximo partido en este tipo de situaciones es recurrir a un cable Ethernet de gran longitud para poder llevar la conexión del router primario al secundario vía Ethernet y, en última instancia, creando un punto de conexión Wi-Fi en un área inaccesible del hogar o relativamente restringida.
Al establecer conexión entre ambos módems, en caso de que todo haya salido correctamente, tu antiguo router habrá pasado a convertirse en una potente herramienta para proveer de Internet a áreas lejanas y en las que se experimenta de forma habitual algún tipo de limitación en materia de conectividad.