Cabo Verde quiere que tu próximo currículum sea un dominio .cv, no un perfil en LinkedIn

Mientras la inteligencia artificial redefine cómo se buscan y seleccionan profesionales, un pequeño país africano aspira a cambiar la pieza más básica de esa ecuación: la identidad digital. Cabo Verde quiere convertir su dominio de país, .cv, en una capa global de identidad profesional abierta, alternativa a las plataformas propietarias como LinkedIn.

El proyecto, impulsado por el registro nacional y el operador Ola.cv, parte de una idea sencilla pero ambiciosa:
que cualquier persona pueda tener un dominio propio del tipo nombreapellido.cv, gratuito a través de socios como hello.cv, y usarlo como punto central de su presencia profesional en internet.


Del éxito de .ai a la apuesta por .cv

La iniciativa no nace en el vacío. El ejemplo del dominio .ai de Anguila —convertido en extensión de referencia para proyectos de inteligencia artificial y fuente de importantes ingresos para la isla— ha marcado el camino.

En Cabo Verde se preguntan por qué .cv, originalmente pensado como código de país, no podría jugar un papel similar en el terreno de los currículums y los perfiles profesionales.

En los últimos doce meses, el registro ha pasado de unos 3.000 a más de 25.000 dominios .cv, una cifra modesta a escala global, pero significativa para un país de apenas medio millón de habitantes. El siguiente paso consiste en dejar de pensar en .cv como un simple sufijo y tratarlo como un protocolo de identidad programable.


Perfiles en la web abierta, no en un jardín vallado

La crítica de fondo apunta directamente al modelo de LinkedIn: una plataforma cerrada, pensada para que personas vean perfiles de otras personas, pero poco amigable para agentes de IA, scrapers corporativos o motores de búsqueda que quieren trabajar con datos estructurados y sin fuertes límites de uso.

El planteamiento de Cabo Verde es el opuesto:

  • El perfil profesional vive en un dominio que controla el usuario, no en una cuenta dependiente de una red social.
  • La URL nombreapellido.cv se convierte en una tarjeta de visita permanente, independiente de cambios de producto, políticas o modelo de negocio de terceros.
  • Cualquier empresa, buscador o sistema de IA puede consultar esa dirección sin pasar por APIs restringidas ni muros de pago.

Plataformas como hello.cv están creando plantillas de perfil optimizadas para buscadores y para modelos de IA, de forma que una página .cv pueda responder bien a consultas tipo «who is [nombre]» o a preguntas similares en asistentes conversacionales.


DNS como nueva “capa de currículum”

La pieza técnica clave es el propio DNS, uno de los protocolos más antiguos de internet. El plan del registro de .cv pasa por extender los registros de zona para incluir:

  • metadatos estructurados sobre la identidad profesional del titular;
  • registros TXT de tipo Web3 que permitan anclar información inmutable;
  • campos adicionales que terceros puedan utilizar para verificación o enriquecimiento de datos.

En la práctica, esto significa que desarrolladores, universidades, job boards, plataformas de freelance o incluso gobiernos pueden emitir y gestionar dominios .cv en bloque para sus usuarios, y construir servicios por encima sin pedir permiso al registro más allá de las normas básicas.

El modelo económico se mantiene en la lógica conocida del sector:
los dominios nombreapellido.cv se ofrecen sin coste a través de socios, mientras que los nombres cortos, de marca o especialmente atractivos se comercializan como dominios premium, con precios que van de los 10 a los 100 dólares.


Identidad para un mercado laboral dominado por la IA

El contexto en el que nace la apuesta de .cv es un mercado laboral cada vez más automatizado:

  • La IA ya redacta y reescribe currículos.
  • Sistemas automáticos rastrean la web en busca de talento.
  • Algoritmos de selección analizan perfiles, portfolios y footprints digitales sin necesidad de entrar en una plataforma concreta.

En este escenario, las limitaciones de los modelos cerrados se hacen evidentes.
Un protocolo abierto de identidad profesional:

  • devuelve al usuario el control sobre dónde y cómo se presenta;
  • ofrece a las empresas un endpoint estable para verificar información;
  • y facilita a los agentes de IA un formato legible por máquina, pensado desde el inicio para consultas automatizadas.

Cabo Verde aspira a que .cv sea ese estándar: un punto neutro, basado en protocolos abiertos, sobre el que cualquier actor —desde una startup de reclutamiento hasta una administración pública— pueda construir sus propios servicios.


Cómo se puede obtener un .cv hoy

A día de hoy, cualquier persona puede solicitar gratuitamente un dominio nombreapellido.cv a través de hello.cv, que lo integra con perfiles profesionales generados y optimizados con IA.

Quien busque un nombre más corto o especial puede recurrir a registradores como Dynadot, Namecheap, NameSilo, Porkbun, Spaceship, Ola.cv y otros, donde se ofrecen dominios .cv de pago en distintos rangos de precio.

El registro asegura que:

  • comunidades edtech están probando la emisión masiva para alumnos,
  • plataformas de freelance experimentan con vincular reputación y trabajos a dominios .cv,
  • y algunos gobiernos estudian usar esta extensión como base para identidades profesionales verificadas.

Un pequeño país, una gran prueba de estrés para el modelo de plataformas

Queda por ver hasta dónde llega el experimento. La iniciativa se enfrenta a la inercia de un mercado donde LinkedIn sigue siendo hegemónica y donde muchos profesionales ya se sienten cautivos de las redes existentes.

Pero la jugada de Cabo Verde introduce un elemento nuevo en el debate sobre identidad digital en la era de la IA:
¿tiene sentido que nuestro perfil profesional siga encerrado en una única plataforma privada, cuando los agentes que lo consumen cada vez son más algoritmos que personas?

Si la respuesta termina inclinándose hacia la web abierta, es posible que una parte importante de los currículums del futuro acabe colgando de un dominio sencillo y directo: tunombre.tuapellido.cv. Y que un pequeño país atlántico termine dejando huella en la forma en que el mundo se presenta profesionalmente en internet.

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