A pocas semanas de que la baliza V-16 conectada sea obligatoria en todos los vehículos a partir del 1 de enero de 2026, la confianza en el sistema digital que la sustenta se ha visto sacudida por un dato inesperado: el dominio al que los fabricantes deben enviar los avisos de avería y accidentes, pieza central de la plataforma DGT 3.0, no está a nombre de la Dirección General de Tráfico ni de la UTE adjudicataria del proyecto, sino registrado por un usuario particular.
El hallazgo lo ha sacado a la luz el portal especializado BandaAncha, tras revisar la documentación técnica oficial de la DGT 3.0 y consultar el whois del dominio cmobility30.es, que actúa como puerta de entrada de los datos que generan las balizas conectadas.
30 millones de balizas conectadas y un negocio multimillonario
La baliza V-16 conectada sustituirá definitivamente a los triángulos de emergencia. A partir del 1 de enero de 2026 todos los turismos, furgonetas, camiones y autobuses deberán llevar uno de estos dispositivos, que se colocan en el techo y se activan sin necesidad de abandonar el vehículo, con el objetivo de reducir atropellos y mejorar la señalización de incidentes en carretera.
Cada baliza integra un módulo GPS y una eSIM que envía la posición del vehículo a la plataforma DGT 3.0 cuando se produce una avería o accidente. Esa conectividad está garantizada durante unos 12 años, sin cuotas adicionales para el conductor, y se estima que el despliegue completo puede mover más de 1.400 millones de euros en ventas de dispositivos y servicios asociados.
Sin embargo, el camino que siguen esos datos hasta la DGT es más complejo de lo que muchos conductores imaginan.
Dos protocolos y un actor olvidado: la nube del fabricante
La Resolución de la DGT publicada en el BOE en noviembre de 2021 detalla el funcionamiento técnico de las balizas V-16 y define dos protocolos de comunicación: A y B.
- Protocolo A:
Es el que utiliza la baliza para comunicarse con la infraestructura del fabricante. El dispositivo envía por UDP un conjunto de campos que incluye un identificador único, el IMEI del módem integrado, el nivel de batería y, sobre todo, las coordenadas geográficas del vehículo. Estos mensajes viajan a través de un APN privado, configurado en la eSIM, hacia un servidor en la nube que el fabricante está obligado a mantener operativo durante toda la vida útil del servicio. - Protocolo B:
En un segundo paso, es el servidor del fabricante el que reenvía a la DGT los datos del incidente, ya transformados y reducidos a un subconjunto de la información original. Es este flujo el que alimenta la plataforma DGT 3.0, que difunde los avisos al resto de usuarios a través de navegadores, paneles de mensaje variable y otros sistemas conectados.
Esta arquitectura implica dos consecuencias importantes:
- Los fabricantes operan servicios críticos en la nube durante al menos 12 años. Si una marca creada al calor del “boom” de las balizas cierra o deja de prestar el servicio, miles de dispositivos podrían quedar inutilizados.
- La plataforma DGT 3.0 depende de un punto de entrada común al que las nubes de los fabricantes deben enviar, en formato JSON, los eventos generados por las balizas activas.
Es precisamente en ese punto de entrada donde aparece el dominio cmobility30.es.
cmobility30.es: el cuello de botella digital de la DGT 3.0
En la propia web de la DGT, dentro de la sección “Forma parte de la DGT 3.0”, se publican los enlaces a la documentación técnica alojada en GitHub para cada caso de uso. En el caso de las balizas V-16, la wiki oficial indica que todas las peticiones a la API deben enviarse a la URL base:
https://pre.cmobility30.es/v16/
Ese subdominio pre hace referencia al entorno de pruebas, pero la documentación señala que cmobility30.es es el dominio de referencia que aparece en todas las API de DGT 3.0, desde los avisos de avería hasta los conos conectados o el seguimiento de determinados vehículos especiales. Es decir, se trata de un elemento crítico de la infraestructura de tráfico conectada española.
Además, la guía técnica indica que los fabricantes deben solicitar certificados y soporte técnico a través de direcciones como [email protected], lo que refuerza el papel de este dominio como ventanilla única para integrarse con la plataforma.
Un dominio central registrado por un particular
La sorpresa llega cuando se consulta el registro público de dominios .es gestionado por Red.es. Según ha comprobado BandaAncha, la titularidad de cmobility30.es no corresponde a la DGT ni a ningún otro organismo del Ministerio del Interior, ni tampoco a la UTE liderada por Vodafone que se adjudicó el desarrollo de DGT 3.0, sino a un usuario particular.
En los foros donde se ha comentado el caso se detallan, además, algunos datos básicos del dominio: fecha de creación en enero de 2019, expiración en enero de 2026 y el proveedor Gandi como agente registrador.
BandaAncha afirma haber preguntado directamente al departamento de prensa de la DGT sobre este extremo, sin haber recibido respuesta por el momento. La ausencia de explicaciones oficiales alimenta la incógnita sobre quién está realmente detrás del dominio y qué relación contractual mantiene con la administración.
Privacidad: lo que dice la DGT y lo que muestra la arquitectura
En paralelo, la DGT y la Agencia Española de Protección de Datos han insistido en los últimos días en que las balizas V-16 no permiten rastrear a personas concretas, no envían datos personales, sólo se activan en caso de emergencia y transmiten la ubicación del vehículo de forma limitada, con fines estrictamente de seguridad vial.
Desde el punto de vista jurídico, la normativa prohíbe expresamente usos indebidos de la localización y obliga a ceñir el tratamiento al marco del Reglamento General de Protección de Datos. Desde el punto de vista técnico, sin embargo, la realidad es que:
- Los servidores de los fabricantes reciben, como mínimo, identificador de la baliza, IMEI del módem, estado de la batería y coordenadas GPS.
- Esos mismos datos o una parte de ellos se reenvían a través de la infraestructura asociada al dominio
cmobility30.eshacia la nube de la DGT 3.0.
No hay indicios de que se estén vulnerando las normas de protección de datos, pero el diseño plantea una cuestión de gobernanza tecnológica: si una pieza central del sistema se apoya en un dominio en manos privadas, la confianza social dependerá no sólo de la ley, sino también de la solidez de los contratos, auditorías y controles que nunca ve el ciudadano.
Un debate que crece en foros y redes
El descubrimiento ha encendido el debate en comunidades técnicas, foros generalistas y redes sociales. Mientras unos relativizan la importancia del whois —recordando que el registro de un dominio no determina por sí solo cómo se tratan los datos—, otros ponen el foco en la simbología: el “Internet de las cosas” de la DGT, que aspira a conectarlo todo, se apoya en un recurso básico que ni siquiera está a nombre de la administración.
Las dudas no se centran sólo en la privacidad, sino también en la resiliencia:
- ¿Qué ocurre si el dominio expira o se produce un conflicto sobre su titularidad?
- ¿Por qué no se ha utilizado un subdominio bajo
dgt.es, como cabría esperar en una infraestructura crítica de la Administración General del Estado? - ¿Qué mecanismos de continuidad se han previsto si la empresa o persona titular del dominio deja de operar?
Por ahora no hay respuestas públicas a estas preguntas.
Una obligación inminente con preguntas pendientes
Mientras tanto, el calendario no se detiene. A partir del 1 de enero de 2026, circular sin una baliza V-16 conectada homologada estará sancionado con multas de hasta 80 euros, y buena parte de los conductores todavía no ha adquirido el dispositivo.
La medida pretende reducir muertes y accidentes en el arcén, un objetivo difícilmente discutible. Pero la polémica en torno al dominio cmobility30.es confirma que, en la era del coche conectado, no basta con que un dispositivo físico cumpla la norma: también hay que poder confiar en la infraestructura digital que hay detrás y en quién la controla.
Una mayor transparencia por parte de la DGT sobre la cadena completa —fabricantes, operadores, dominios, contratos y salvaguardas— sería un paso importante para que millones de conductores no sientan que, al encender la baliza, están entrando a ciegas en una nube que no saben de quién es.
Preguntas frecuentes sobre la baliza V-16 conectada y el dominio cmobility30.es
¿Qué datos envía realmente una baliza V-16 conectada cuando se activa?
Cuando se enciende, la baliza V-16 conectada transmite un conjunto de datos técnicos: identificador del dispositivo, posición GPS, estado de la batería y algunos parámetros de funcionamiento. Estos datos viajan primero a la nube del fabricante y, después, una parte de ellos se reenvía a la plataforma DGT 3.0. No incluyen el nombre del conductor ni el número de matrícula, aunque sí permiten situar un vehículo en un punto concreto de la vía en un momento determinado.
¿Por qué genera desconfianza que el dominio cmobility30.es no esté a nombre de la DGT?
Porque cmobility30.es aparece en la documentación oficial como dominio de entrada para los datos de múltiples servicios de DGT 3.0, incluyendo las balizas V-16. Que la titularidad figure a nombre de un particular y no de la DGT, ni del Ministerio del Interior ni de la UTE adjudicataria, abre interrogantes sobre la gobernanza de una pieza central del sistema: quién la controla, qué garantías de continuidad ofrece y qué ocurriría ante un litigio o un fallo de gestión del dominio.
¿Puede quedarse inútil mi baliza V-16 si el fabricante o su servicio en la nube desaparecen?
La normativa obliga a los fabricantes a garantizar la conectividad durante unos 12 años, y el pliego técnico de la DGT 3.0 contempla sistemas de respaldo para mitigar el riesgo de caída de un proveedor. Aun así, el hecho de que cada fabricante mantenga su propio backend y que la arquitectura dependa de dominios y servicios concretos introduce un punto de fragilidad: si una marca desaparece sin plan de transición, su parque de balizas podría dejar de comunicar correctamente, al menos hasta que se active algún mecanismo extraordinario de sustitución.
¿Cómo puede un conductor asegurarse de que su baliza V-16 está homologada y conectada a la DGT 3.0?
La DGT mantiene en su web un listado de balizas V-16 conectadas homologadas por los laboratorios acreditados (LCOE o IDIADA). Antes de comprar, conviene comprobar que el modelo aparece en ese listado y que indica claramente la fecha de fin de conectividad incluida en el precio. También es recomendable conservar el justificante de compra y la ficha técnica del dispositivo por si fuera necesario reclamar.
Referencias: Resolución, Repositorios DGT y BandaAncha
